Triduo Pascual: Es el corazón del año litúrgico.
Comprende los tres días desde las vísperas del Jueves Santo hasta las II
Vísperas del Domingo de Resurrección. Prácticamente, ya es tiempo de Pascua,
aunque tiene una consideración especial.
Jueves Santo: se
celebra la misa vespertina de la cena del Señor, en la que Jesús instituyó la
Eucaristía, el orden sacerdotal y el mandamiento del amor. Es la Introducción al Triduo Pascual,
la introducción de lo que va a comenzar a partir de esa misma tarde de Jueves
Santo, pero tradicionalmente se celebra con una gran solemnidad. Se vuelve a
cantar Gloria, pero no el Aleluya. La iglesia no se debe adornar con muchas
flores, y los cantos van enfocados a la institución de la eucaristía. Se sustituye el color morado de la
cuaresma de manera especial por el blanco eucarístico. Tradicionalmente, después
del Gloria, todas las campanas dejan de sonar y no volverán a sonar hasta la
Noche Santa. No se imparte la bendición,
pues la celebración continúa el día siguiente. A partir de ahí, se impondrá la
sobriedad y la tristeza que marcarán los próximos días hasta el domingo de Resurrección
Viernes Santo se
recuerda la muerte de Jesús en la cruz para salvar a la humanidad. Es el día de la Pasión y Muerte
del Señor y no se celebra la Eucaristía. Se vuelve a usar el rojo en
representación de la pasión y muerte de Jesús, color que ya se había usado en la
celebración del Domingo de Ramos, Puntos culminantes de la liturgia de Viernes Santo
son el relato de la Pasión según san Juan, la oración universal y la adoración
de la Cruz. Este es un día de silencio y de recogimiento interno. Además, es día
de ayuno y abstinencia de carne, en caso
de necesidad. Tradicionalménte, las campanas no tocan desde la tarde del Jueves
Santo.
La celebración de la muerte del Señor se celebrar en torno a las
tres de la tarde del Viernes Santo, donde la iglesia queda despojada por
completo de flores y adornos, quedando lo más sobria posible en señal de duelo
por la muerte de Jesús. No hay canto alguno en ésta celebración a excepción del canto durante
la adoración de la cruz. Se da la Comunión con las formas guardadas el día
anterior (Jueves Santo) en el Monumento, ya que no se celebra la Eucaristía. De
nuevo y como el Jueves Santo no se imparte la bendición, porque la celebración
que se había iniciado en la misa de la cena del Señor culminará con la Vigilia
Pascual, donde se impartirá la bendición final.
Sábado Santo es un
día de silencio y de oración. Está prohibido, como el día anterior, celebrar la
Eucaristía. En este día se suelen organizar retiros para profundizar el misterio
pascual. Es conveniente celebrar en común la Liturgia de las Horas, u otras
celebraciones en torno al sepulcro del Señor, a su cruz o a los dolores de la
Virgen para las cuales el sacerdote se viste de morado en señal de duelo y luto
por la muerte de Cristo, pero cabe recordar que no hay misa alguna éste día. El
altar está despojado de todo tipo de ornato, el Sagrario queda totalmente
abierto y suele colocarse a los pies del altar una imagen de Cristo en el
sepulcro .
Con este blog perseguimos únicamente disponer de un recurso didáctico más para la clase de Religión Católica y que los alumnos se habitúen a utilizar los medios informáticos de que disponen. En este blog incluiremos contenidos relacionados con esta asignatura y temas de interés que sirvan para complementar el trabajo diario de clase.
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